jueves, 1 de abril de 2010
EL VIEJO QUE ROBABA A LOS NIÑOS
EL VIEJO QUE ROBABA A LOS NIÑOS
En los alrededores de los poblados de los piros existe un viejecito achacoso, de cabello blanco, y de barba también canosa y recta que semeja espinas prendidas en la cara. Se llama Katamashapto, que quiere decir “barba recta”. Se sienta en cuclillas abrazando las rodillas con ambas manos, y cubre totalmente sus piernas y los pies con la cushma. En esa posición espera el paso de algún niño.
Cuando un niño se acerca el viejo mueve la cabeza a un lado y otro, le hace muecas con la boca, y le hipnotiza. El niño, inocentemente, caminará hacia el viejo y se sentará en su regazo.
El niño será presa del anciano. Este le golpea en la nuca y le mata. Si tiene hambre le devora en unos instantes; mas si está saciado lo llevará a su guarida dentro de la tierra.
La misma suerte han de correr sus padres o hermanos que quieran buscar al desaparecido. Todos serán hipnotizados y muertos para ser carnaza del viejo Katamashapto.
Los piros temen a este anciano, y en especial los niños.
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